FAVILA, hijo de don Pelayo.
Sucedió a don Pelayo su hijo Favila, que reinó por espacio de dos años. Fue un príncipe más conocido por su desgraciada muerte, que por los hechos realizados. La conservación de su reino se debió más a revueltas internas y disensiones que a los árabes tenían entre sí, que a los esfuerzos de Favila por conservarlo y ensancharlo. Se ocupaba más de satisfacer sus gustos y aficiones que de luchar con el enemigo invasor que, en cualquier momento, podía aniquilar aquel pequeño reino, que la espada de su padre había creado con tanto trabajo y heroísmo. Su afición favorita era la caza y fue víctima de ella. En una de sus cacerías un oso le dió muerte, una cruz de piedra hasta hace no mucho recordaba el lugar
No dejó para la posteridad ninguna hazaña memorable. La historia dice que mandó construir en Cangas una iglesia en honor de la Santa Cruz, en recuerdo de la primera victoria obtenida por su padre contra los moros, y en ella colocó para su guarda la cruz de roble , que don Pelayo había llevado como estandarte en la batalla. Dicha capilla, restaurada en tiempo por los marqueses de Valdés, se hallaba en 1936 en bastante buen estado, en cuya fecha fue destruía por las hordas rojas en la pasada guerra civil y actualmente ha sido reedificada bajo el Gobierno del Generalísimo Franco.
Aún se conserva la antiquísima lápida de la fundación en la cual se lee:
Sea agradable a Cristo esta iglesia por el trofeo de la cruz, la cual su siervo Favila edificó con su probada fe, con Froilubia su mujer y sus hijos, los cuales por tu merecimiento, ¡ oh Cristo !, tengan cumplida gracia y después de esta vida misericordia eterna »
Año 739.
A su muerte, Favila, fue sepultado en dicha capilla y también fue enterrada su esposa Froilubia.