Alfonso I , el Católico, llega al trono al fallecer Favila sin sucesor, Segñun lo dispuesto por don Pelayo fue declarado rey don Alfonso, casado con Ermesinda, hija de Pelayo.
Concurrían en don Alfonso juntas las artes de la guerra y de la paz; admirable por la constancia que mostró en la adversidades; maravilloso por la felicidad que tuvo ordinariamente en tods sus empresas; y tan dado al culto de la religión, que le mereció el renombre del Católico.
EXPEDICIONES CONTRA LOS MOROS
Supo aprovechar la ocasión que se le ofrecía para consolidar y ensanchar su reino y continuar la reconquista, pues se hallaban entonces los árabes entretenidos en luchas intestinas. Comenzó a reclutar gentes y aprestó un ejército numeroso y aguerrido y se dirigió hacia Galicia, donde los cristianos, haciéndose fuertes con su apoyo, sacuden el yugo musulmán. Los moros fugitivos intentan ofrecer resistencia por las llanuras de León y Astorga, pero Alfonso los persigue, los empuja al otro lado del Duero y lega hasta las tierras de Coria y Mérida, que se convierten en plazas fronterizas.
Después del avance realizado por la parte occidental, se dirigió a la parte oriental y llegó en sus correrías hasta los campos llamados Góticos, junto al río Duero, ensanchando en gran manera los límites del reino cristiano. La crónica de Alfonso III, dice que se apoderó de muchas ciudades, a saber : Lugo, Túy, Oporto, Anegia, Braga, Viseo, Chaves , Ledesma, Salamanca, Zamora, Ávila , Astorga, León, Simancas, Saldaña, Amaya, Segovia, Osma, Sepúlveda, Arganza, Ckunia, Mabe, Oca , Miranda, Revenga, Carbonárica, Abeiga, Cenicero, Alesanvenga y otras muchas villas y fortalezas. Prosiguió don Alfonso sus victorias por las comarcas de Briviesca y de La Rioja y lo mismo hizo por Navarra, Álava y Vizcaya.
Arrasaba las regiones, pasaba a cuchillo a los moros prisioneros, recogía un gran botín y dejaba yermos los campos, sobre todo los próximos a los dominios musulmanes, para que si éstos tratasen de volver contra los cristianos no encontrasen nada aprovechables.
Como don Alfonso no contaba con hombres suficientes para defender las regiones conquistadas, se afianzó en los distritos más fáciles de defender y más próximos al núcleo primero del reino y abandonó todo lo demás, desmantelando las fortalezas, destruyendo los poblados y llevando al interior de las montañas todo aquello que pudiera serle útil.
En las ciudades y villas que conquistó dió muerte a sus habitantes árabes, y a los cristianos los llevó consigo para poblar las zonas deshabitadas y más seguros de su reino.
Procuraba el rey Alfonso levantar catedrales en todas ciudades que ganaba y poner obispos que reformasen las costumbres de aquellos cristianos, que la convivencia con los musulmanes les había hecho flojear en la práctica de su religión. Reedificándose los templos destruidosy se reconciliaron o se consagraron de nuevo los que fueron profanados por los moros.
MUERTE DE DON ALFONSO
Después de tan glorioso reinado, falleció Alfonso en Cangas de Onís a la edad de setenta y cuatro años, en el año 757. De él dice la Crónica de Alfonso, que fue un rey magnánimo, sin tacha, con respeto a Dios y a la Iglesia, ofreció una vida digna y de imitación, levantó y restauró varias iglesias y murió en paz, después de reinar dieciocho años. Está sepultado en el monasterio de Santa María, territorio de Cangas, juntamente con su mujer Ermesinda.
Murió el rey don Alfonso rodeado una aureola de santidad, y se cuenta que a poco de fallecer y estando todavía su cuerpo insepulto, se oyeron com voces de ángeles que cantaban este responso de la liturgia mozárabe:
He aquí cómo desaparecer el justo y nadie lo advierte; ha sido arrebatado del seno de la iniquidad, y la paz reinará en su sepulcro.
Alfonso I fue sepultado en la Cueva , junto al altar primitivo de la Virgen. Al construirse la Capilla por iniciativa del Obisp Sanz y Forés, el año 1874, se cambiaron de lugar los restos de Alfonso I, colocándolos al lado de los de Pelayo, tal y como se encuentran al día de hoy.
Sobre su sepulcro se lee la inscripción siguiente, colocada a finales del siglo XVII traducción o variate primitiva:
Aquí yace el católico y santo rey don Alfonso primero y su mujer doña Hermesinda, hermana de don Favila, a quien sucedió. Ganó este Rey muchas victorias a los moros. Falleció en Cangas, año 757.